No vale engañarse a sí mismo. Un menú de deseos siempre se adereza con el verbo querer. El "no" es mentir con alevosía. Y premeditación. Y también nocturnidad.
Los corazones descalzos recientemente pisados, en ocasiones, optan por vestir armaduras. No es mi caso, he dejado el corazón a la intemperie (que aunque haga frío, peor sería con una armadura metálica). Querer y no querer.
He ahí la cuestión (respuesta fácil. Perdón)
ResponderEliminarNo vale engañarse a sí mismo. Un menú de deseos siempre se adereza con el verbo querer. El "no" es mentir con alevosía. Y premeditación. Y también nocturnidad.
Los corazones descalzos recientemente pisados, en ocasiones, optan por vestir armaduras.
ResponderEliminarNo es mi caso, he dejado el corazón a la intemperie (que aunque haga frío, peor sería con una armadura metálica).
Querer y no querer.
Besicos :)
Querer y no querer, pero siempre preparado para la ocasión.
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