...

y, corderito de mí, que no quise ir cantando por las esquinas esta dicha –beeeeeee!- sin saber que por las noches te dormías contándome.



.

2 comentarios:

  1. Cuando una juega con un corderito y se hace amiga suya, luego no hay manera humana de volver a comer cordero.

    ResponderEliminar
  2. ¿y quién quiere comer cordero? al final acabamos comiéndonos nuestras propias palabras, así que tenemos que ser muy cuidadosos cuando las soltamos.


    biquiños

    ResponderEliminar